¡Ven Señor Jesús!

by | July 15, 2010

¡Ven Señor Jesús! Este es el clamor que el Espíritu Santo está despertando en la Iglesia a lo largo de toda la tierra. Miles y miles de voces se unen a este coro apasionado que clama por el regreso del Esposo, nuestro Señor y Mesías Jesús de Nazaret. Como nunca antes en la historia, la Iglesia a nivel mundial está tornando su mirada a Jesús como su única esperanza y deseo aquí en la tierra, todos confiesan junto al salmista, “¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra (Sal. 73:25). Este santo clamor es el corazón mismo del movimiento mundial de oración y adoración que el Espíritu está levantando en las naciones, con el fin de preparar a los creyentes para que perseveren en pasión, poder y proclamación en medio de las pruebas y tribulaciones del fin del siglo.

El deseo del Padre es preparar a una Esposa pura y sin macha (Ef. 5:27) que ame a su Hijo tal y como El lo ama (Jn. 17:26), y que sea la ayuda idónea con la cual Jesús habrá de reinar en gloria sobre toda la tierra (Ap. 20:4). Parte de su estrategia para llevar esto a cabo es fascinar el corazón de los creyentes al revelar la belleza de su Hijo Jesús como el Dios Esposo que arde con santa pasión por su pueblo. Libros como Génesis, Cantares, los Evangelios y Apocalipsis son esenciales para encontrarnos con la belleza de Jesús, por eso el Espíritu nos llama con urgencia a que dediquemos horas y horas de ardiente estudio y tierna meditación en la Palabra. El llamado es para todos, pongamos nuestros ojos en Jesús, el Autor y Cosumador de la fe, pues El es el único digno de toda nuestra devoción. Fuimos creados por El y para El, cualquier otra cosa no es apropiada para nuestras almas que sólo pueden ser satisfechas por los besos de su Palabra (Cant. 1:2).

El Espíritu Santo está levantando mensajeros precursores como Juan el Bautista que han de proclamar la majestad de Jesús como Esposo, Rey y Juez, preparando el camino para su Segunda Venida. Estos mensajeros son los Amigos del Esposo que se deleitan en escuchar su voz y en ser humillados por causa de El (Jn. 3:26-30). Su misión es preparar a la Iglesia para presentarla a Jesús el Mesías como una virgen pura (2 Cor. 11:2). Estos mensajeros viven con la convicción de que la Esposa le pertenece al Esposo y no a hombre o institución alguna (Jn. 3:29).     

Seamos parte de lo que el Espíritu está diciendo y haciendo en esta hora. Unámonos al gran coro global y clamemos noche y día, ¡Ven, Señor Jesús! ¡El Espíritu y la Esposa dicen, Ven! (Ap. 22:17-20)